Lo primero disculpas por no haber actualizado el blog ultimamente, pero ha sido un mes y pico bastante durillo. En lo económico y en lo emocional.
Como ya sabréis, tuve un accidente con la bici que me dejo sin currar durante tres semanas. Mis explotadores jefes (una pareja de hermanos italianos a los que les deseo lo peor) no me dieron turnos cuando pude volver a trabajar, porque, según ellos no seria justo quitarles turnos a la gente nueva que habían contratado para dármelos a mi.
Así que nada, un mes sin trabajar, lo cual significa andar por ahí con menos dinero que el sastre de tarzan. Aparte de eso, es cuando mas he echado de menos a mi gente, al estar con un hombro jodido, sin poder moverme mucho, sin bici y a muchos kilómetros de todos vosotros. Para más inri, estoy viviendo mi segundo invierno en menos de 6 meses, lo cual no tiene ni puta gracia... empiezo a echar de menos el aporte calórico de la carne, pero a la vez me está empezando a dar asco el olor de la carne cocinada... paradojas de la mente humana supongo
Pase unos días en Auckland, Nueva Zelanda, visitando coleguis y porque con el tipo de visado que tengo me obligan a salir del país cada tres meses. Auckland es una ciudad cuca, aunque bastante pequeñita y claustrofóbica, ya que se articula en torno a una calle principal (Queen st.) que esta en un valle y a ambos lados de la calle se sitúan las laderas de las colinas. Vi a tres o cuatro mensakas, no hace falta decir que en esa ciudad a ninguno se le ocurre currar con piñón fijo! Flipas con las cuestas.
A la vuelta de Nueva Zelanda, me acojonaron bastante en aduanas, preguntándome que porque estaba de vuelta en Melbourne, que blablabla, que si visado por aquí, que si visado por allá, que si estaba trabajando sin permiso de trabajo... la verdad es que ha sido la primera experiencia como clandestino, y aunque estaba acojonado durante la entrevista/interrogatorio, todo salio mas o menos bien, y el cabrón del centinela me indico que tenia que pedir otro visado y a donde dirigirme, o sea que a finales de junio me toca meterme de nuevo en todo el rollo del papeleo.
La semana pasada recibí una llamada de mis jefes diciendo que iban a volver a darme turnos, lo cual esta bien. Aunque odie el trabajo, y no les aguante, necesito la pasta. Empecé a currar otra vez el jueves pasado. Y justo cuando parecía que los nubarrones en el horizonte comenzaban a disiparse, hoy me llama un colega español que trabaja(ba) conmigo. Había tenido que salir de Australia para renovar el visado (una semana en Fiji) y a la vuelta, en aduanas, le han encalomado. Le han tenido tres horas de interrogatorio, y el chico se ha puesto nervioso que te cagas y le han pillado. Le han retenido y le han obligado a pagarse un vuelo a Londres para volver a Europa.
La otra opción es que ellos te lo pagan pero tienes que pasar tres días en la cárcel... así que ya veis como anda por aquí el patio. Cuando quieres ponerse hijosdeputa, no hay quien les gane. Ahora estoy preocupado por que los de inspección de trabajo se pasen por el restaurante y me echen el guante... supongo que vivir con miedo es parte de ser un clandestino así que nada, a buscar otro curro para salir de ese restaurante cuanto antes.
Vaya puto tocho que os he soltado, madre mía, lo siento pero no tengo fotos de Nueva Zelanda, me quede sin bateria en el movil y no llevaba cargador. Si ya lo sé, a veces soy mas que medio tonto... os dejo una vista general de la ciudad robada de internes
y una foto de unos agentes de aduanas bastante mas majetes que los que me tocaron a mi.
Un beso a todos...
